Buenas tardes
a todos. Sé que hace mucho tiempo que no aparezco por aquí, he tenido el blog
parado durante demasiado tiempo, pero si ha habido algo que siempre he tenido
claro es que no lo iba a abandonar. Me gusta lo que hago, me gusta escribir, me
llena crear, y sobre todo compartir, con todos los que quiera conocerlos, esos mundos que salen a trompicones de mi cabeza para quedar plasmados en el
papel, aunque muchas veces dejen atrás cientos de maravillas que ni en dos
vidas enteras me daría tiempo a mostraros.
Digamos que estos
meses de abandono se han debido a que no me he encontrado nada bien. Realmente
estos últimos meses han sido de los más difíciles de mi vida, en los que no
veía luz, solo oscuridad, tristeza, y ninguna salida. Realmente es algo que,
solo con leer esto, ya os podéis imaginar a que me refiero, a esa sombra, a ese
peso sobre los hombros y sobre la mente que a muchos de nosotros ataca al menos
una vez en la vida, pero para no ser tan oscura en estas palabras que quiero
dedicar, y ahora que empiezo a ver un poco la luz, me gustaría expresarme como
a mí realmente me gusta, jugando con la fantasía…
Todos sabéis
que la mayoría de mis escritos se basan en historias y personajes reales. Me
gusta indagar en la historia para transmitir un sentimiento y una empatía lo
más real posible, tanto para mis personajes como para mis lectores, y ha sido
precisamente durante una de estas investigaciones donde he descubierto la mejor
forma para transmitir esto que realmente deseo expresar. Sé que os puede
parecer que he vuelto más loca todavía de lo que ya estaba, pero si os soy
sincera, eso no es mala señal, ¡y me encanta!
Para ello, usaré
una de esas maravillosas criaturas mitológicas e imposibles que tanto me
gustan, los unicornios, además de que últimamente se han puesto de moda y ni
dejo de verlos por todas partes.
Se consideraba
que los unicornios, o cuernos de unicornio, eran antídotos contra el veneno, además de poseer muchos más poderes, pero me temo que si me pongo a enumerarlos ahora ¡llenaré toda esta entrada con ellos! Reyes, príncipes, embajadores reales y papas pedían llevar consigo una pieza de
estas en sus viajes, por si enfermaban, ya fuera de forma natural, o por la mano de
algún enemigo. Los cuernos valían diez veces su peso en oro. Pero ¿de dónde
procedía la idea de los unicornios? ¿Cómo conocemos su aspecto? ¿Cómo explicar
la asombrosa popularidad de unas criaturas que nunca existieron? Como en toda
historia, no hay una única respuesta. Mencionados siete veces en la Biblia, los
unicornios se encontraban entre las criaturas que vivían en el jardín del Edén.
Sin embargo, siempre fueron unas criaturas especialmente escurridizas, aunque
seguramente existían, pues, de no ser así, ¿de dónde provenían los cuernos?
Solo unan
criatura viviente, el narval, posee un largo “cuerno” en firma de espiral, pero
en realidad se trata de un diete.
Evidentemente,
los marineros que desafiaban el Atlántico Norte no revelaban donde habían obtenido
sus lucrativos trofeos, que eran vendidos como cuernos de unicornio a un alto
precio a reyes, príncipes y papas. Indagar en el pasado es como buscar
unicornios. La idea de este animal único ocupó la imaginación y llegó a
simbolizar muchas cosas. Quizá los unicornios nunca existieron, pero sin duda
alguna necesitaron existir. Fantasía y realidad, cuentos y cuernos muy reales
se combinaron a lo largo de los siglos para crear un mito asombroso.
Necesitamos unicornios.
En muchas
leyendas y cuentos medievales leí algo que me llamó mucho la atención de estos
seres tan especiales, y era que solo se dejaban ver por aquellas personas de
puro corazón, aquellas de las que ellos estaban seguros que no los iban a
perseguir o a cazar para conseguir su mágico cuerno, o simplemente para
convertirlos en meras atracciones de feria. Solo esas personas puras y de buen
corazón pueden llegar a tener la posibilidad de ver con sus propios ojos uno de
estos animales, o incluso llegar a acariciarlos, lo que realmente sería una
experiencia que jamás se podría pagar con dinero. Al principio nunca creí que,
en toda la historia, nadie hubiera visto un unicornio con sus propios ojos, ya
que nunca habría existido nadie tan inocente, tan puro y tan mágico como para poder
tener este privilegio. Pero estos últimos y más difíciles meses de mi vida me
han hecho ver que sí que hay personas por las que los unicornios se dejarían
ver, y desde aquí le quiero dar las gracias a todos ellos, a los que me han
ayudado a ver un poquito más la luz y a volver a creer en lo increíble.
Primero a mi
madre, por haberme demostrado muchas cosas y empujado a lo que ella creía que
era lo mejor para mí, aunque yo siempre lo viera todo negro. En muchas cosas
creo que me equivoqué contigo, pero ahora veo que todo lo que hacías lo hacías
por mí, que serías capaz de todo por mí, incluso quedarte con Loki los días que
no estamos en casa, que eso es ya… Algo bastante de agradecer. Tenemos que
hablar de muchas cosas, mamá, muchas cosas que compartir y que ver juntas,
cosas de las que solamente contigo disfrutare. Segundo, a mi abuela, aunque
ella siempre tuvo una manera especial de expresar y decir las cosas, ahora veo
que todo lo que hacías y me decías tenían un mensaje muy positivo para mí…
Seguro que tú, en tu niñez, o junto a tu hermana Juana, os habéis cruzado con
más de un unicornio por esos campos de Sotiel Coronada, pero seguro que ni
siquiera os disteis cuenta… También quiero darle las gracias a mi hermano David,
que aunque es muy reservado, y siempre lo será, me ha ayudado mucho al volver a
retomar una relación más de hermanos con él. Te echaba mucho de menos, hermano,
no sabes cuánto, y me encanta tener esas conversaciones por whatsapp contigo,
¡aunque sean así de tontas muchas veces! Y por último, aunque no menos
importante, a mi pareja Fran, que desde el principio ha estado a mi lado, y sé
que hasta el último día estará, como ese salvavidas que tienes atado a la cintura aunque estés en medio del mar… Sólo decirte por aquí, nene, que si alguna vez
ves un unicornio, por favor, ¡sácale una foto para enseñármela! Te quiero,
amor.
¡Oh! Y también
quiero hacer una mención especial al resto de mi familia, a mi ángel de la
guarda con colita y orejitas, Loki, siempre pegadito a mí, pendiente de todos
mis movimientos, vigilándome cual segurata del El Corte Inglés, pero con buenas
intenciones. A mi tío Paco, a su mujer Izabela (cómo te quiero, jodía) y a mi
prima Helena, que aunque no haya sido consciente, también ella ha puesto de su
parte. A mi tía Tere y mi amiga Rocío Mora, que a pesar de haber pasado tan
malos momentos como yo, me ha demostrado que la auténtica amistad es para toda
la vida, y que pasen los años que pasen, cada vez que nos encontremos será como
el primer día, y eso, amiga mía, no hay dinero que lo pague. ¡Os quiero con
locura!
En la Escocia profunda.
No es nuestra mejor foto, pero aquí estoy con mu abu.
Meme de mamá. ¡Perfecto!
¡Hola, Ana! Bueno, realmente no sé qué decir. Me ha emocionado cada palabra de cada frase en la que transmites algo muy profundo como es el agradecimiento a quien ha estado a tu lado en estos momentos tan difíciles por los cuales, como dices, todos pasamos en alguna ocasión.
ResponderEliminarDe la misma manera que me entristece enterarme ahora de esos momentos, me alegra que parezcan ya superados. Lo digo egoístamente porque eso significa que volverás a escribir y a deleitarnos con tus relatos.
Creo que ya te lo he mencionado en alguna ocasión, pero en mi opinión eres de los autores con más talento de la blogosfera, tus relatos no solo están trabajados, sino que tienen un sentido de la historia, del ritmo, de saber atrapar al lector que los hacen merecedores de que cualquier editorial los publicara.
Te aseguro que me habría encantado que hubieras participado en El tintero de oro para que otros compañeros hubieran descubierto tu enorme calidad.
Un fuerte abrazo!!
¡Hola, David!
EliminarLa verdad es que todas esas palabras me salieron directamente del corazón, no tardé en escribirlo, apenas una hora, creó... No sé, me levante esa mañana contenta, y hacia mucho tiempo que no me sentía así, por eso no dudé en agradecer cada minuto que mis seres queridos me han dedicado durante este tiempo.
Muchas gracias por tus palabras de esperanza, la verdad, aunque solo sean unas pocas, significan mucho para mí. ¡Te mando un abrazo enorme ya, antes de terminar el comentario!
Si, en alguna ocasión me habías dicho algo, también es mucho para mí, y me enorgullecen enormemente esas palabras viniendo de un escritor como tú.¡Ojala los dioses te escuchen y aparezca una editorial interesada! Jajajajaja, aunque en realidad no es lo que pretendo, ya que solo el hecho de escribir me hace sentir cosas maravillosas.
Lo cierto es que me hubiera encantado participar en El tintero de oro, de verdad, pero no era un buen momento... Pero sin duda lo haré en el próximo certamen de convoques, ¡eso no lo dudes!
¡Un besote enorme, compañero! Y espero que sigas disfrutando con mis disparatadas historias, ¡igual que yo con las tuyas!
Me uno a las palabras de David, ¡Qué bien se expresa el tío! Leerte de nuevo, amiga Ana, demuestra que te acompaña la fuerza para superar cualquier cosa pero, además, letras tan personales, evidencian que no estás sola en ese camino. Y eso es lo más importante. La gente que está contigo porque te quiere, son tus brazos, tus piernas y tu cabeza cuando estos fallan. Muchas veces no somos conscientes de ello hasta que no nos vemos en la necesidad, pero sirven estas pruebas para renacer con más fuerza y para fortalecer estos vínculos aún más si cabe.
ResponderEliminarMe alegro mucho de leerte, Ana. Esos unicornios, como el resto de criaturas, reales o fantásticas, que pueblan tu imaginación, están esperando a que nos hables de ellas. Necesitamos unicornios. Manos a la obra
Un fuerte abrazo
¡Hola, Isidoro!
EliminarSi, si, la verdad es que se expresa bastante bien, jajajaja, es capaz de decir mucho con pocas palabras.
Amigo, cuánta razón tienes en eso de que solo en los malos momentos nos damos cuenta de quién está a nuestro lado y quién no, y la verdad es que me siento muy afortunada por no tener que estar atravesando este camino sola.
Muchas gracias por tus palabras y ¡sí! Ya se van juntando muchas criaturas y personajes que están deseando conoceros, ¡Vamos a por el primer unicornio!
¡Un abrazote, amigo!