Situado en una de las zonas base del
Monte Fuji, concretamente entre las prefecturas de Yamanashi y Shizuoka, se
encuentra el lugar que posee el dudoso mérito de ser el segundo lugar del
planeta en el que más suicidios tienen lugar, solo superado por el puente
Gonden Gate de San Francisco. Se trata de Aokigahara Yukai, también conocido
como el bosque de los suicidios.
Maldito desde tiempos inmemoriales,
pues ya en el periodo de Edo había poemas que aseguraban sus malas bibraciones,
el bosque de Aokigahara ha sido la meca de muchos de aquellos que desean
deshacerse de sus vidas. Su leyenda nace precisamente en el Japón feudal,
durante el cual muchas familias atacadas por el hambre se vieron obligadas a
abandonar a sus mayores, hijos, o personas enfermas a su cargo en ese mismo
bosque, prácticamente los condenaban a muerte. Desde entonces, se dice que los
espíritus de estos pobres desgraciados vagan entre sus árboles con hambre de
venganza, buscando atraer a todo aquel que se atreviera a adentrarse en sus
senderos, instándolos a compartir con ellos su triste eternidad.