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lunes, 17 de abril de 2017

Carta de una condenada.


¡Hola a todos!


En esta ocasión vengo con un homenaje a uno de esos personajes de nuestra historia que siempre formó una combinación demasiado irresistible para mí, la Condesa sangrienta, Erzsébet Báthory.


Para todos los seguidores de mi blog es bien sabida la debilidad que siento hacia los vampiros y también, aunque en un menor grado, hacia los psicokiller, y esta mujer poseía lo peor de ambos mundos. Realmente, no sé por qué he tardado tanto en escribir algunas líneas sobre ella.
Casi todo el mundo se ha creado la misma imagen de Erzsébet, la misma imagen de reina sangrienta, más digna de un cuento de terror que de la historia de Europa. Una mujer que llevó su obsesión mucho más allá de lo que cualquiera de nosotros podría llegar a imaginar jamas, pues creo que, por muchas historias que nos cuenten o por mucho que ingdagemos en la historia de esta oscura figura, nunca podrémos saber más de lo que sabemos ahora.

Pero a pesar de todo esto, de su lado más siniestro y macabro, también estaba su faceta de madre ejemplar, capaz de dar todo por sus hijos, ¿curiosa compatibilidad de pasiones, verdad? También amaba leer y escribir, sobre todo cartas a su esposo, el Conde Ferenc Báthory, apodado el caballero negro, y al que veía relativamente poco debido a las multiples fuerzas que amenazaban sus tierras.
Dadas estas curiosidades que existen en su leyenda, he querido recrear como hubiera sido esa última carta de Erzsébet a su esposo ya fallecido por entonces. No sé, pero me dá en la nariz que esta carta si que llegó a escribirse, y que él realmente la leyó.
Os dejo con este pequeño relato, ¡espero que os guste también por su brevedad! Sé que a veces se agradece. ¡Un abrazo!


CARTA DE UNA CONDENADA.



24 de enero de 1611.



Mi amado Ferenc:

Desde la comodidad de mi sillón observo a los albañiles que, sumergidos en una tarea sin descansos, tienen encomendado el deber de emparedarme. Ninguno de los dos se atreve a cruzar una mirada conmigo, quizá temerosos de acabar convertidos en piedra. Con una destreza palpable apilan los pulidos pedruscos, los van cubriendo con mortero para fijarlos y endurecerlos. Yo, mientras tanto, continúo impasible observando la silenciosa escena, cuyo mutismo sólo es quebrado por el sonido de las espátulas escapando de la rugosa mezcla. Ya han tapiado las dos grandes ventanas de nuestra habitación, y en cuestión de minutos quedaré encerrada para siempre en esta misma estancia, la misma que hasta hacía escasos días me parecía la más confortable y segura de todo el castillo, y que ahora se convertía en mi tumba, sus cuatro paredes que ya contienen mi cuerpo para el resto de la eternidad…

Ayer vinieron a leerme mi sentencia en este mismo lugar, pues dada mi condición de noble de alta alcurnia tube el privilegio de no comparecer a la vista si no quiero, y no quise.

—Para obtener el perdón de Dios, nuestro Señor, debo hacerle una pregunta importante. ¿Condesa, se arrepiente de las atrocidades que ha cometido? —Me había preguntado entonces el sacerdote de Csejte.

¿Arrepentida? Vaya estupidez… Estas son mis tierras y mis gentes, y por lo tanto son absolutamente de mi propiedad y puedo hacer con ellas todo lo que quiera y cuando quiera. ¿Cómo se atrevía siquiera a hacerme tal pregunta? Siempre he adorado inhalar el miedo que desprenden esos seres insignificantes que se cruzan en mi camino, ya lo sabes… Me gusta embriagarme de ese perfume, y olisquear igual que un perro cobrador cuando corre por los bosques en busca de la presa de su señor. El de estos dos albañiles es especial, no sé por qué, pero algo de su hedor me atrae sobremanera… Ya están a punto de terminar su trabajo, e incluso he podido sentir su gran alivio al desprenderse de mi contacto visual, el mismo que parecía abrasarlos desde esta cómoda butaca. Sigo sin sentir miedo, ni miedo ni ningún tipo de remordimiento por los actos cometidos, tenía derecho a hacerlo, esas almas eran mías…

Para castigarme a mí han elegido Csejte, la fortaleza inexpugnable, de entre todos nuestros castillos, mi favorito. Soy conocedora de todos sus secretos, pasadizos, huecos y recovecos, sótanos y salvoconductos. Mis pusilánimes enemigos no soportan, ni creo que olviden mientras vivan, las escenas que vivieron al entrar en sus estancias de improviso para capturarme. Tal vez por ello no imaginan sitio peor para castigarme, pero se olvidan de un detalle, el más importante de todos, que han elegido “mi sitio”…

Oigo los pasos de los albañiles que se alejan por el pasillo, ya han concluido su trabajo en este lugar oficialmente maldito. En mi sentencia también se había ordenado que el castillo fuera desalojado, y cuatro cadalsos indican ahora que aquí se halla una condenada a muerte. La aldea que se asienta a las faldas de la fortaleza también ha sido abandonada por cualquier alma viviente. Estoy sola, terriblemente sola…

La ridícula rendija que han dejado a ras del suelo, es el conducto por el que van a proveerme de alimento, pero yo no pienso probar un solo bocado de nada de lo que me ofrezcan, tengo mis propias provisiones. Aquí mismo, detrás del tapiz que cubre el cabecero de nuestra cama, escondo algo que podrá aportarme mucha más energía y vutalidad que cualquier cosa que me puedan ofrecer para comer. Creo que nunca te lo dije, pero todo este castillo es un cementerio en el que poco a poco he ido emparedando los cuerpos de las doncellas que durante tantos años han hecho posible mi belleza eterna, las mismas que, después de ser desangradas tan fácil hicieron el trabajo de ocultar su menudo cuerpo. Por suerte para mí, las últimas desgraciadas fueron ocultadas tras estas cuatro paredes, y ellas conformarán mi único alimento durante el resto de vida que me quede aquí, solo el suficiente para conseguir que, una vez muera, todo este castillo y las tierras que forman nuestro legado queden bajo el dominio de nuestros hijos, los únicos dignos de él.

Me despido por ahora. Te amo, esposo mío, espérame allí donde estés, sea cual sea el lugar que haya sido destinado para nosotros, para albergarnos durante toda la eternidad…



Siempre tuya:



Erzsébet




13 comentarios:

  1. Impresionante documento. Y digo documento porque consigues un nivel de verosimilitud muy alto. No solo por el tono y lenguaje utilizado, sino por la naturalidad con la que introduces en el discurso todo el documento del personaje. ¡Y menudo personaje! Una de las mayores asesinas de la historia, a la que, sin embargo, dotas de una profundidad que desconocía. Hace un tiempo, en un intento de blog de curiosidades, le dediqué un post a su vida y milagros. Su sadismo, su miedo a la vejez que la llevaba a contratar secuestradoras de adolescentes para sus baños de sangre. Como siempre una gozada leer tus relatos tan trabajados. Un abrazo!

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    1. ¡Hola, David!
      Si que fué una de las mayores asesinas en serie de la historia,me ha encantado meterme en su personaje, como si fuera una actriz que la fuera a interpretar (creo que ese es mi secreto para estos relatos), y me ha encantado. Aun así, me quede con la sensación de que me quedaba corta a la hora de tocar su crueldad. Es sobrecogedor pensar que alguien tan amante de sus hijos y de su marido pudiera ser capaz de cometer cientos de atrocidades así, y además, recreándose.
      ¡Oh! Interesante la idea de tu blog de curiosidades, no me extraña que le dedicaras un post a esta gran Condesa, ¡cualquier curiosos lo pediría a gritos!
      ¡Un besote, amigo! Gracias por tus palabras,nos seguimos leyendo!

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  2. La verdad es que es una de las personas más crueles de las que he leído. Has sabido reproducir muy bien su esencia snagrienta en tu relato. Me ha gustado mucho, un saludo :)

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    1. ¡Hola, María! ¡Encantada de tenerte en mi blog!
      Te pasa lo mismo que a mí, Báthory es una de las personas mal malvadas y crueles sobre las que he leído pero, aunque también ha habido por la historia otros que han hecho verdaderas locuras pero, el simple hecho de saber que lo hacía sintiendo que estaba en su absoluto derecho, y que todo lo que hiciera valía para conservar su belleza, te pone aún más los pelos de punta.
      ¡Me alegro de que te haya gustado mi relato! ¡Un abrazo y nos seguimos leyendo!

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  3. Hola, Ana, encantado de encontrar tu blog y leer algo de ti.

    Sin duda esa chica no tenía remordimientos a la hora de perpetrar sus crímenes, porque en su mente hacía algo legal sobre gente que según ella le pertenecía, y es que cada punto de vista es clave en la historia.

    El contraste sin precio viene cuando, tras mostrar el monstruo que llevaba dentro, aparece la chica enamorada de su marido y devota de sus hijos a los que les desea lo mejor. Creíble y fantástico a la vez.

    Enhorabuena, me ha encantado. Un saludo cordial y buena lectura.

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    1. ¡hola, Garia Cózar! No me atrevo a adivinar las iniciales de tu nombre, ¡pero estoy encantada de recibirte en mi blog!
      Realmente la historia de esta condesa es aterradora, y más aun si profundizamos en ella, sin embargo me ha encantado jugar con ese detaye que me ha chocado tanto, lo amorosa que era. Aparte de el caso de Báthory, en todos los años de recorrido que llevo en la historia de los psicokillers, solo había descubierto esa habilidad para combinar el amor hacia la familia y los instintos asesinos una sola vez, y es algo que me llama tanto la atención que incluso me asusta. Dado a la imagen que siempre se ha dado de ella, consideré que era una faceta suya realmente desconocida para muchos, y la he querido mostrar con este relato.
      Me alegro mucho de que te haya gustado, ¡gracias por tus palabras! ¡Un abrazo!

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  4. ¡Hola, Ana! ¡Qué ganas tenía de sacar un hueco para leerte a gusto! Me ha encantado tu relato. Se te a muy bien la narración epistolar. Esa mujer debió ser un auténtico elemento... Lo que más me ha gustado es ese aire íntimo que has conseguido crear. La condesa ni se arrepiente, ni teme, ni nada. Sólo piensa en su esposo y no de una forma cursi, sino tranquila. Sólo conozco de este personaje lo que has explicado previamente en esa nota erudita, pero creo que has plasmado genial su personalidad.
    ¡Un abrazote!

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    1. ¡Hola, guapísima!
      Pues la verdad es que me sorprendió bastante conocer ese detalle, tube la misma sensación que con Hitler cuando supe que amaba tanto a los animales. ¿Cómo una persona tan cruel y capaz de hacer esas cosas puede tener tanto amor para otra cosa? ¡Esa idea casi me obsesiona!
      Muchas gracias por tus palabras, amiga. Los comentarios me dan por pensar que he dado justo en el clavo con lo que he querido transmitir con cada uno de estos relatos. Siempre me había imaginado a este personaje siendo de todo menos cursi, a pesar de su obsesión por la belleza y la juventud. Me la imagino como una mujer dura, valiente, sin miedos... Aunque todas estas cualidades las hubiera llevado hasta el extremo más terrorífico.
      Espero a lo largo del mes que viene poder publicar ese libro dedicado a todos estos personajes, al final, lo que empezó como un mero entretenimiento me ha dado una de las recopilaciones de relatos que más me ha gustado escribir.
      ¡Un besote fuerte, guapa! Y como siempre, ¡gracias por leerme!

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  5. Hola Ana, encantado de leerte de nuevo tras tu intenso trabajo sobre Poe. Y no has bajado el ritmo. Esta vez te has enfrentado a otro personaje icónico donde los haya en el mundo de lo tenebroso, de lo que va más allá del respeto a la vida... de los demás. No hace mucho leí algo sobre esta mujer. Y es por ello que tengo fresca en la mente la imagen de ella, y por eso puedo aplaudir con más intensidad tu relato. Porque has ahondado en lo que pudiera ser la personalidad de personaje tan extraordinario. Algo difícil teniendo en cuenta la costra de leyenda que la envuelve. Me ha fascinado y sobrecogido, sobre todo esa maestría con que has captado la mirada de la condesa en sus últimos momentos, desafiante, cruel, despreciando todo lo que humanamente nos parece cuerdo. En pocas frases nos has hecho visual, cercanos, esos aposentos en los que fue emparedada. Seguro que, como se dice, muchas de las muertes no fueron más que atribuidas por quienes querían condenarla pero... como se suele decir, cuando el río suena, ja, ja En cualquier caso, una personalidad subyugante y escalofriante a un tiempo.
    Gran trabajo compañera. Va a ser un gran libro, sin duda
    Un beso muy grande y hasta pronto

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    1. ¡Hola de nuevo!
      ¡Me alegro que te haya gustado! Realmente es un personaje que atrae de alguna u otra manera, es muy raro que pueda llegar a resultar indiferente.
      ¿Sabes? Realmente creo que los ojos pueden revelarnos como son las personas de verdad, aunque solo si los sabemos observar de verdad. En la historia ha habido muchos personajes con ojos extraños y espectaculares, siempre con algo que los sacaba de los normal. Las leyendas cuentan que Vlad tepes tenía unos ojos muy parecidos a los de un felino, y que incluso en la oscuridad resplandecían como lo harían los de un gato, reflejando La Luz de una manera muy poco humana. Mirar a los ojos a un asesino, o a alguien que haya cometido algún tipo de atrocidad así, debe de ser una experiencia realmente impactante, por mucho que me lo imagine no me atrevo ni a acercarme. ¿Como sería la mirada de esta mujer? Seguramente no te transformaría en piedra, al menos literalmente, pero algo seguro que te tocaba.
      Uffff, es verdad, a saber lo que es verdad y lo que es mentira de todas esas leyendas, una lastima, la verdad. Qué no daríamos más de uno por poder observar aquella época por un agujerito, aunque solo fuera por unos segundos.
      Un abrazote!

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  6. Hola, Ana: Has hecho una gran labor de reconstrucción en síntesis de la vida de la denominada "La Condesa Sangrienta". Me hago una idea de la maldad, de lo que sería un psicópata que ni siente ni padece ante tamaños crímenes y fechorías de prácticas de brujería.

    Me viene a la memoria, de Drakul, El empalador también habitante de esas tierras.

    Un abrazo literario.

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    1. ¡Muchas gracias, amigo!
      La verdad es que solo imaginar escenas como esa dan miedo... la tortura a la que debió de someter a las pobres muchachas... Inhumana total...
      Oh! Vlad! Quién no recordaría a este personaje cuando oye hablar de Bháthory... lo más escalofriante de todo es que eran parientes.
      ¡Un abrazo!

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  7. ¡Hola de nuevo!

    No lo sabía, no es de extrañar que tuvieran un gen maldito, hereditario o algo así.

    Una aclaración: Soy mujer ;)

    Coordino tertuliadeescritores.blogspot.com para todo el que quiera publicar.

    Un abrazo literario,

    Lola O. Rubio

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