¡Hola a todos!
Lo prometido es deuda, y aquí os dejo el relato que me inspiro esa magnifica ilustración del lobo Fenrir, esa enorme fiera de la mitología vikinga al que ni siquiera las cadenas Gleipnir, forjadas por los Alfes negros, fueron capaces de contener. ¡Espero que lo disfrutéis!
EL PERRO DEL INFIERNO.
Cuando nuestros padres nos dijeron
aquel veinte de julio que pasaríamos una semana en casa de los abuelos, en
Mortown, no me lo podía creer. Ya hacía cinco años desde la última vez que
fuimos, algo normal, ya que viven casi en la otra punta del país, y mi hermano
y yo ya contábamos con once y doce años respectivamente. En un principio,
aunque no puedo negar que me hiciera ilusión, pensé que podría aburrirme un
poco, ya que en cinco años la personalidad de una niña cambia bastante, pero aquella
idea no tardó en irse de mi cabeza, también la idea de ver a Bobby me llenó de
ganas de llegar.